Como (no) perder el tiempo con un varon mas joven

Como (no) perder el tiempo con un varon mas joven

Estabamos casi en el puente acerca de la autopista I-5 en Eugene, Oregon, cuando me pregunto: “?Cuantos anos posees?”.

“Cuarenta y cinco”. Acababa de preguntarle su perduracion y me sorprendio conocer que unico tenia 32 anos. Hoy por hoy le tocaba an el novio sorprenderse. Estaba segura de que habiamos terminado.

Aunque se limito a declarar: “ah”, y no ha transpirado siguio conduciendo.

Mas tarde, despues de efectuarse alzado a la cima sobre la montana desplazandolo hacia el pelo permanecer tumbados sobre espaldas, mirando un cielo despejado, me dijo: “?Como podri­a ser no precisas canas?”.

“No lo se, No obstante Jami?s he tenido mi cabello”.

“Se nota. El pelo sobre ese color no sale de la botella”.

No sabiamos bastante el individuo del otro, salvo que el novio era reportero sobre novedades en un periodico local, y no ha transpirado yo era becaria detras de concluir la prueba de diarismo, que estudie debido a entrada en anos de vida. Le gusto un cronica que habia escrito en un coleccionista sobre sellos en el que usaba la expresion “filatelico”.

Me gustaba su forma desenvuelta sobre entrevistar a las personas por telefono, falto mencionar como lucia cuando vestia con pantalones caqui y el mylol apk reducido rizo sobre pelo castano que le caia referente a el cuello sobre la camisa. Era inteligente y no ha transpirado excesivamente ameno.

Yo estaba recien divorciada y no ha transpirado tenia tres hijos de dentro de 11 asi­ como 19 anos de vida. David habia renunciado an una tarea de reportero en Indiana de trasladarse a Oregon y poder velar a su abuela, que lo habia criado despues sobre que su madre abandonara a la casa. Nunca se habia casado.

Ocho meses despues, el novio desplazandolo hacia el pelo yo acabamos funcionando en otro vi­a de comunicacion, en donde formabamos pieza de un grupo de periodistas a los que les gustaba ir a beber cerveza y no ha transpirado conversar luego de el trabajo. Ninguna persona sabia que estabamos saliendo, ya que David creia firmemente que las romances en el trabajo eran la mala idea, en tesis.

En la ejercicio, pasabamos mucho tiempo juntos. El novio era un avido surfista desplazandolo hacia el pelo a mi me gustaba permanecer en la playa con nuestros perros. Acampabamos, haciamos senderismo, cocinabamos. De ningun modo se nos acababan las temas de conversacion ni los chistes. Celebrabamos cada solsticio desplazandolo hacia el pelo equinoccio con la excursion desplazandolo hacia el pelo un conmemoracion de ambito en el bosque; dejabamos golosinas de los animales salvajes y haciamos el apego en la frazada para realizar el cambio de estacion.

Un frio fecha de solsticio para la estacii?n invernal, nos encontramos solos en la cima sobre un monte de roca, observando con atencion como una enorme cumulo negra se dirigia hacia nosotros en un cielo que, debido a otros, era azul. Cuando la cumulo nos alcanzo, nos refugiamos pequeno la saliente de roca, riendo incredulos mientras la cocaina caia referente a las plantas desplazandolo hacia el pelo las piedras. a separado 30 metros de el itinerario, el pavimento estaba intacto.

Poquito despues, estaba cortando verduras en la lingote sobre mi cocina cuando senti que el apego me llegaba, igual que un ataque corporal en el torso. ?Es este el clase sobre apego que se ve en las peliculas?, me pregunte. A pesar sobre mi dilatado casamiento, siempre habia disei±ado que esa fuerza sentimental debia acontecer falsa. Hoy sabia que era algo real.

Claramente, David igualmente me amaba y no ha transpirado nunca tenia miedo de demostrarlo, aunque nunca pude evitar preocuparme por nuestra diferencia de edad. El queria construir una familia, y no ha transpirado yo ya tenia una.

Un dia, entretanto esperabamos para cruzar la calle, volteo a verme y me planteo exactamente ese asunto, diciendo que queria casarse con alguien que ademas tuviera cualquier eso por enfrente.

“Lo se”, le dije, cuando comenzamos a cruzar. “Yo tampoco deseo casarme contigo”.

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James Baggott

James Baggott is the founder of Blackball Media. Until January 2013, he was the editor of the company's award winning motor trade magazine, Car Dealer. Now he focusses his time on developing the Blackball Media business overall and looking after the growing automotive services arm of the firm. And polishing his monkey bike that sits in his office...